Young couple man with a guitar and woman in a hat are standing on the roof of a car in a wheat field. Travel and adventur.
1. Ámate y Acéptate como eres!
Lo bello lo llevo dentro, lo bello nace conmigo.
Si ves la belleza dentro de ti, verás la belleza a tu alrededor, en todo lo que mires. Deberás comenzar a amarte a ti mismo como quieres amar a los demás y sobre todo como quieres que te amen. Esto parece algo obvio, pero la verdad es que muchas personas en el fondo no se aman completamente, no se aceptan como son y viven rechazándose a sí mismas.
Amarnos a nosotros mismos es un ejercicio de aceptación, de comprensión de nuestros temores, de nuestras dudas y fallos. Este amor propio es tomar consciencia de nosotros, que es la única manera de luego tener consciencia hacia los otros. Es mirarnos hacia dentro con ojos amables, sin enjuiciarnos, para realmente poder sacar la mejor versión de nosotros mismos.
2. Da sin esperar. No tengas expectativas.
Dar desde el corazón involucra un acto de entrega desinteresada. Cuando brindamos cariño, comprensión, cuando ofrecemos nuestra ayuda, debemos hacerlo sin esperar recibir de vuelta lo que hemos entregado. De lo contrario nos llenaríamos de expectativas que sólo pueden acabar en profundas decepciones. Si das sin esperar nada a cambio, simplemente te relajas. Tú has puesto una semilla allí, no sabes si germinará o no, eso dependerá de muchos otros factores, lo importante es que ya tú has hecho tu parte.
Lo que sí he comprobado es que todo lo que demos de bueno a los demás y a la vida, el universo nos lo va a retornar multiplicado de una u otra forma; pero claro, tienes que estar muy despierto para que puedas ver ese milagro, llega cuando menos te lo esperas, por las vías más insospechadas.
Hay personas que no se dan cuenta cuando reciben de la vida cosas buenas, sólo están pendientes de quejarse y lamentarse de lo que les falta. No cometas el mismo error. Si te centras en la abundancia de situaciones felices y bendiciones que hay en tu vida, seguramente más abundancia de cosas buenas te llegará, es una ley universal que se cumple infaliblemente. Si eres capaz de abrir los ojos del alma y darte cuenta de esto, cada día te levantarás con la palabra GRACIAS en los labios.
3. Sonríe, ¡regalas sonrisas!
Vivir desde el Amor, es vivir con una sonrisa que te ilumina el rostro. Si por sonreír pagaran, ¡seguramente sería millonaria! jajaja Y creo que lo soy, no en dinero, pero sí en alegría.
Mis amigos me dicen que siempre estoy sonriendo y es que como yo digo: ¡Sonreír no cuesta nada y tiene increíbles beneficios!
Imagina que en tu día a día, te diriges a los demás con una sonrisa: a tus hijos, tu pareja, tus padres, tus amigos, a tu jefe que no siempre te cae tan bien. De verdad, te animo a que lo pruebes, una sonrisa es la mejor medicina para curar la tristeza y la mejor de las estrategias para ganar amigos.
¡¡Despega tus labios y enseña esos dientes que no solo los tienes para masticar!!
4. Permanece abierto a aprender del amor
El amor se manifiesta de las formas más insospechadas, no podemos pretender predecir en cuál estación lo encontraremos, no podemos establecer sus límites o marcar su cauce; es una energía que fluye libre y vertiginosamente, entrañando un misterio sagrado. Cuando el amor se expresa, trae consigo innumerables enseñanzas que sólo podemos aprender si estamos realmente atentos y conscientes. Siempre aparece por una razón, nunca es casual, en él confluye una fuente inagotable de sabiduría.
Quizás en un principio no podamos comprender las razones del Amor, pero para aquellos incansables buscadores de lo inefable, siempre llegarán respuestas. No rechaces nunca el amor en ninguna de sus manifestaciones, si te sorprende, date tiempo para ser uno con él y comprenderlo.
5. No temas abrir tu corazón, expresa tus sentimientos
Hay tanta gente en el mundo que calla sus sentimientos, que no son sinceros ni siquiera consigo mismos, tienen la creencia de que decir lo que sienten es derribar el escudo que los protege. Yo abogo por un mundo más transparente, donde los seres humanos abramos el corazón sin miedos a ser dañados, sin necesidad de ponernos escudos protectores o el caparazón de la tortuga como me suele decir una buena amiga. Es más sabio creer descaradamente en el prójimo y preferir ser engañado una vez por él, a pasarnos toda la vida desconfiando de todos (con lo que seremos perpetuamente engañados).
Quizás peque de demasiado ingenua, pero creo que venimos a este mundo para expresar nuestra más alta verdad y siento que amar a otro ser humano es mucho más fácil de lo que creemos, si no tememos los caminos que puede tomar ese amor.
6. Encuentra lo que te une al otro y aprende de las diferencias
Cada una de las personas con las que nos relacionamos tiene su historia, sus propias creencias y valores, su particular forma de entender la vida. Es absurdo pretender que los demás sean como nosotros queremos que sean. Cuando los demás actúan de manera que no satisfacen nuestras expectativas, comenzamos a enquistar la relación de intolerancia e incomprensión.
A veces nos ocurre que cuando otras personas de nuestro entorno no nos tratan cómo nos gustaría, comenzamos a juzgarlos, asumiendo que ellos son los que están equivocados y creyéndonos dueños de la verdad y la razón. No podemos controlar las respuestas de los demás, sólo podemos controlar nuestra respuesta y esa respuesta lo cambia todo, porque nos cambia a nosotros.
¿Qué tal si te pones en el lugar del otro? ¿Qué te parece si en vez de enjuiciar las diferencias que tienes con el otro, buscas los puntos en común para construir un puente de unión y no un muro de separación?
Si quieres tener relaciones sanas y equilibradas, mi recomendación por experiencia propia es que no te hagas expectativas hacia los demás, acepta al otro como es. Mejor céntrate en encontrar lo que te une al otro, no lo que te aleja de él, y aprende de las diferencias.
Todas las personas que llegan a nuestra vida, aunque sólo sea por un día, tienen algo que enseñarnos, todas pueden ser nuestros maestros. No juzgues y obsérvate a ti mismo en relación con los demás, deberás estar suficientemente presente para poder tomar consciencia de tus respuestas, emociones y pensamientos, y de esa manera aprenderás mucho de ti mismo.
7. Perdona siempre
Vivir desde el amor no es una meta, es un viaje infinito en un tren que a veces atraviesa por la estación del dolor. La clave aquí está en no detenernos demasiado tiempo en ella, no es necesario que añadamos más sufrimiento al dolor.
Si alguien nos lastima, nos traiciona o nos ofende, debemos recordar que la respuesta del Amor nunca es el odio o el rencor, la respuesta del Amor para estas circunstancias dolorosas es siempre el perdón. Puede que creas que hay cosas que no tienen perdón o que sólo Dios puede perdonar, pero hasta la oración del Padre Nuestro dice: “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” Nosotros podemos elegir perdonar a los que nos ofenden y esta es la puerta a la libertad y la paz. Sólo cuando perdonas puedes aligerar la carga para continuar tu camino.
Perdonar es reconocer que el otro es también víctima del daño que ocasiona. Que si daña es porque no es consciente de que él es parte de lo dañado, que dañar a otro, es dañarse a sí mismo. Lo que haga el otro es su karma, tu respuesta puede ser tu dharma, tu enseñanza, si permites que así lo sea. Perdona a cualquier otra persona o circunstancia que te haya lastimado. De ahora en adelante, pon tu intención en construir una nueva vida, camina de frente sin mirar atrás, haz como el sol que nace cada mañana, sin huellas de la noche anterior. Perdona, deja ir lo que te causa dolor.
8. Agradece todo lo que recibes.
Cuando vivimos desde el amor, vivimos agradecidos. Al abrir los ojos cada mañana, la primera palabra que traigo a mi pensamiento es: “gracias”.
Esta palabra tiene una alta vibración, y siempre genera bienestar en quien la pronuncia y en quien la recibe. Agradecer implica un acto de reconocimiento por el regalo recibido de la vida y de otras personas. Si nos llenamos de la luz del agradecimiento, sus rayos serán cada vez más numerosos, porque cuando somos capaces de ver todo lo bueno que tenemos, descubrimos que la provisión de bendiciones es infinita.
Siempre da gracias, incluso cuando parece que te han hecho algo malo, tarde o temprano te percatarás de que el que te trata mal te hace un favor, te da la oportunidad de aprender importantes lecciones y de experimentar la elección más elevada de tu alma. Recuerda que nada ocurre por casualidad, en el universo todo está conectado.