Aunque pueda parecer algo un poco extraño, hay personas que no saben dejarse querer. Es mucho más sencillo el amar a otro que dejarse amar. Cuando nos dejamos querer estamos abriendo un mundo nuevo y eso nos puede hacer sentir completamente vulnerables. Pero inevitablemente la vida se trata de dar y de recibir. Así que si te encuentras en esta situación, debes de aprender a dejarte querer para que tu pareja o la pareja futura funcione.
¿Por qué no nos dejamos querer?
Una persona que se deja querer, en el momento en que llega el amor a su vida lo recibe. No se hace muchas preguntas. Sin embargo, quien no sabe dejarse querer lo que hace es sentirse incómodo ante cualquier situación de afecto. Casi se podría llegar a decir que hay algo que lo incomoda o irrita en algún punto.
Generalmente detrás de este tipo de acciones o conducta hay un duelo que no se ha terminado de hacer. Tiene mucho que ver con parejas del pasado, con el sufrimiento vivido o incluso con situaciones en la propia familia que le han dejado en un lugar completamente vulnerable.
Son muchos los casos en los que la raíz del asunto parte de una experiencia infantil que se ha tornado un tanto traumática. Personas que vivieron un abandono, problemas afectivos o abusos.
Señales de que no te dejas querer
Algunas señales muy claras de que una persona no se deja querer son las siguientes:
• En el momento en que aparece el amor, se le activa el miedo.
• No saber qué hacer cuando aparece una expresión de amor.
• Si alguien se interesa por ti, hay algún tipo de amenaza.
• Con frecuencia responde con palabras agresivas a las demostraciones de afecto.
• El amor y las expresiones de cariño le parecen una farsa.
• Rechazo hacia las personas que le demuestran interés.
• Mostrarse abierto al amor lo considera como algo débil o vulnerable.
• Las demostraciones de cariño le resultan sospechosas.
¿Qué hacer para permitirse amarse?
Identificar que es algo que te sucede ya es dar un gran paso. A partir de allí se trata de empezar a trabajar el amor propio, el quererse a uno mismo para después permitir que nos quieran los demás. Buscar ayuda profesional y comenzar con pequeñas acciones como por ejemplo mimar el cuerpo, acariciarlo y conocerse en su totalidad. Verás cómo al quitar todos esos miedos, relajarte y abrir tu corazón todo fluye y disfrutas de lo bonito que es dejarse querer.